elDiario.es. Los votantes deciden este martes si reelegir al presidente. Trump ha sobrevivido a los escándalos de los últimos cuatro años, pero va por detrás en las encuestas. Los expertos alertan del peligro de estallidos de violencia durante la votación y los recuentos prolongados.
Encontrar un votante de Donald Trump en Washington D.C. en los meses previos a las elecciones de EEUU de 2016 no era nada fácil. A veces alguno se pronunciaba públicamente en las decenas de charlas y conferencias diarias que se celebran en la capital organizadas por los mejores think tanks e instituciones académicas. Entonces todos a su alrededor giraban descaradamente la cabeza para intentar ver su rostro. En Washington, Donald Trump recibió 12.723 votos frente a los 282.830 de Clinton (91%), pero muy poca gente estaba preparada para el golpe de realidad a nivel nacional. Cuatro años después, este martes, los estadounidenses acuden de nuevo a las urnas para decidir si la presidencia de Trump ha sido una excepción histórica o si será la nueva normalidad del país.
En su tour por estados clave en los días previos a las elecciones, el presidente se pasea con su ya clásica gorra roja con el lema ‘Make America Great Again’ («restaura la grandeza de América»), el cual se combina en mítines con ‘Keep America Great’ («mantén la grandeza de América») y con ‘make America great again, again’ («restaura la grandeza de América otra vez»).
Si pierde, el presidente pasará a engrosar las filas del reducido club de comandantes en jefe que no han tenido un segundo mandato. Solo 10 presidentes en la historia de EEUU han sido expulsados de la Casa Blanca tras los primeros cuatro años. Igual que en 2016, las encuestas auguran una derrota del candidato republicano, pero Trump ya ha demostrado que estas pueden fallar y ha expresado su desprecio por las mismas, igual que por otras tantas cosas que le desagradan.
